Después de varios días de nevadas y fuertes lluvias, amaneció un día frío pero soleado. Teníamos planeado acercarnos al territorio de las águilas en unas montañas cercanas a mi ciudad, Vitoria-Gasteiz en el País Vasco. Llegamos a la montaña por la mañana temprano , después del amanecer. Después de subir y escondernos en el hide, la espera comenzó con la incertidumbre de si vendría la pareja de águilas reales que dominan esa zona. Una hora después llegó el macho y enseguida llegó la hembra. El día era soleado y la luz era demasiado dura, pero tuvimos la gran suerte de que una niebla espesa comenzó a levantarse desde el valle, suavizando el fondo y matizando la luz, dando a la imagen una atmósfera fría de invierno y haciendo que la reina se destacara del fondo.